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El CPAPC homenajeo a destacadas abogadas

El Colegio de Abogados de Corrientes homenajeó en el Día Internacional de la Mujer a tres destacadas doctoras: Graciela Manzolillo de Ricer, Clara Olga Zvedeñiuk y Pura Cristina Gauna.

Participaron el presidente del Colegio, Dr. José Cotelo y miembros de la Comisión Directiva. Además, en la oportunidad, la expresidenta del Colegio, Dra. Lilian Sawoczka brindó un destacdo discurso que sigue a continuación

"Como todos los 8 de marzo de cada año en el mundo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, evocando la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona, en pie de igualdad con el hombre

Un día como hoy, pero de 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero: 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo, hecho que colocó en la agenda internacional los derechos de las mujeres trabajadoras.

Las mujeres reclamaban la reducción de jornada laboral, un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades y denunciaban las malas condiciones de trabajo que padecían. El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran. Sin embargo, el resultado fue la muerte de las obreras que se encontraban en el interior de la fábrica. El 3 de mayo de ese mismo año se realizó en Chicago un acto por el día de la mujer, preámbulo para que el 28 de febrero de 1909, en Nueva York, se conmemore por primera vez el “Día Nacional de la Mujer”.

Con este antecedente, un año después, en 1910, se desarrolló la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en la capital danesa, Copenhague. El tema central fue el sufragio universal para todas las mujeres, y por moción Clara Zetkin, líder del “levantamiento de las 20.000”, se proclamó oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres caídas en la huelga de 1908.

Más cerca en el tiempo, en 1977, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó oficialmente el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Luego, en 2011, se celebró el centenario del establecimiento de esta fecha conmemorativa con la premisa de Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU mujeres).

Más de un siglo después la lucha por el reconocimiento y la organización del movimiento de mujeres y disidencias se extendió y organizó.

Este día no queremos felicitar a las mujeres por ser lindas, sumisas, inteligentes, buenas madres, buenas esposas, buenas hijas o buenas amigas es una fecha para evaluar la condición y posición de las mujeres en cada país, para exigir que el Estado cumpla con los compromisos internacionales en materia de derechos humanos de las mujeres, y rinda cuentas de los avances, retrocesos y retos en materia de equidad de género.

 

2.- DOS MUJERES PIONERAS EN EL EJERCICIO PROFESIONAL DE LA ABOGACIA. IDENTICAS DIFICULTADES.

La primera abogada argentina fue María Angélica Barreda, egresada de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, quien un 28 de diciembre de 1909, con 23 años, obtuvo el diploma que acreditaba su flamante profesión.

En un principio se le negó la posibilidad de matricularse para el ejercicio profesional de la abogacía en la provincia de Buenos Aires, encontrando negativas por el solo hecho de ser mujer, debiendo acudir a la Suprema Corte de Justicia bonaerense para finalmente conseguir su habilitación.

No menos dificultades había tenido medio siglo antes, pero en el viejo continente, Concepción Arenal, quien desde 1842 a 1845, en España,  cursó  la carrera de Abogacía en Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid. Concepción tuvo que cortarse el pelo y vestir ropas masculinas para poder asistir a clases. Cuando se descubrió su treta, se le autorizó a ir al aula como oyente, pero sometida a estrictos controles. En efecto acompañada por un familiar, doña Concepción se presentaba en la puerta del claustro, donde era recogida por un bedel que la trasladaba a un cuarto en el que se mantenía sola hasta que el profesor de la materia que iba a impartirse la recogía para las clases. Sentada en un lugar diferente del de sus aparentes compañeros, seguía las explicaciones hasta que la clase concluía y de nuevo era recogida por el profesor, que la depositaba en dicho cuarto hasta la clase siguiente”.

Tanto a María Angélica como a Concepción, quienes habían tenido la osadía de incursionar  en un mundo cien por ciento masculino, se las pretendió tratar como un objeto frágil y dependiente.

En el caso de María Angélica, una vez obtenido su título de abogada, pidió audiencia en la Corte de la Provincia de Buenos Aires, con el objeto de inscribirse en la matrícula de ese distrito, el suyo por nacimiento. El rechazo, inmediato, partió del entonces Procurador General, Manuel Escobar, quien se opuso a la solicitud y expresó en su dictamen, entre otros conceptos: “Nuestra legislación no es feminista y está en pugna con las aspiraciones de la recurrente. (…) la inscripción de este diploma importa echar por tierra todos los principios legales consagrados por el Estado argentino y la organización actual de la familia, en la cual tiene asignada la mujer la función más noble y trascendental”.

El descargo de la flamante abogada no se hizo esperar, y se tradujo en un escrito de 18 fojas. “El dictamen denegatorio de mi solicitud ha demostrado que aún subsisten espíritus prevenidos al surgimiento de la mujer, la que reclama con su trabajo y sus necesidades un puesto de acción en la sociedad que le permita la subsistencia honrada, sin dependencias absurdas dignas de una época para siempre pasada”, fue parte de su argumentación. Y agregaba: “Algunas personas (…) piensan que conferir el diploma de abogado a la mujer no significa crear la mujer abogado sino la mujer hombre, absurdo ante el cual se detienen como ante un sacrilegio demoledor. Ese criterio corriente o más bien vulgar es el que seguramente ha inspirado aquella frase cómoda del Sr. Procurador de que se echaría por tierra toda nuestra legislación con este permiso (…) Entre nosotros, la mujer ha triunfado en las otras profesiones y continuará conquistando palmo a palmo la regla igualitaria que persigue en justicia”.

Por su parte decía Concepción ante similares embates expresaba: Es un error grave y de los más perjudiciales, inculcar a la mujer que su misión única es la de esposa y madre (…) Lo primero que necesita la mujer es afirmar su personalidad, independientemente de su estado, y persuadirse de que, soltera, casada o viuda, tiene derechos que cumplir, derechos que reclamar, dignidad que no depender de nadie…”

Pero a pesar de las muchas dificultades que enfrentaban, la presencia de las mujeres en la profesión se fue acrecentando a lo largo del siglo XX, sobre todo a finales de los años sesenta y principios de los setenta (Kohen, 2005a, 2008).[1]

 

3.- NUESTRAS PIONERAS.

Han pasado 113 años desde que María Angélica Barreda se convirtió en la primera mujer que pudo ejercer como abogada en nuestro país. Desde entonces, la presencia de las mujeres en la Abogacía se ha ido acrecentando notablemente.

El incremento del número de mujeres en la matriculación de la carrera universitaria de Derecho, constituye  indudablemente una de las causas del aumento del número de abogadas que ejercen esta profesión.

Actualmente, podemos compartir con otras mujeres espacios universitarios, en la justicia, en los estudios jurídicos, en las empresas, en las legislaturas, y en diferentes espacios públicos o privados.

En nuestro país, a pesar del ingreso masivo de las mujeres a las universidades y que sus estudios de posgrados sean logrados inclusive muchas veces en porcentajes más altos que el de los varones y con mejores promedios de notas, su  ingreso y desempeño en el mercado laboral se torna dificultoso.

Este CPAPC quiere en este día especial distinguir a tres notables colegas, exponentes de la mujer luchadora y de fuste en el ámbito del ejercicio profesional de la abogacía, pioneras en sus respectivos tiempos: las Dras CLARA OLGA ZVEDEÑIUK de FACTOR; GRACIELA CATALINA MANZOLILLO y PURA CRISTINA GAUNA.

En el Día Internacional de la Mujer abrazamos en ellas a cada colega, las que a diario, desde el ejercicio profesional, construyen un mundo mejor, más empático y solidario, reafirmando el compromiso de seguir luchando por un mundo con mayor inclusión y menores diferencias en lo que de nosotros dependa. Vaya pués nuestro emocionado reconocimiento a ellas en este día especial".